martes, 23 de octubre de 2007

de qué hablamos cuando hablamos de las intervenciones abusivas de un editor

Gordon Lish, el editor de Raymond Carver en Alfred A. Knopf, modificó en contra de la voluntad del autor pasajes enteros de varios de los cuentos de la colección What We Talk About When We Talk About Love, publicada en 1981, e incluso cambió el final de varios de ellos. La intervención de Lish se ha convertido en noticia debido a la acalorada polémica que ha desatado Tess Gallagher, la viuda de Carver, tras manifestar su intención de publicar las versiones originales de la colección. Aparentemente Lish desoyó la solicitud de Carver de detener el proceso de producción del libro, que finalmente fue publicado con las modificaciones hechas por el editor.


El artículo “The Real Carver: Expansive or Minimal?” publicado en la edición de esta semana del suplemento de libros de The New York Times cita las siguientes palabras de Gallagher:


‘Solamente pienso que es muy importante que el libro de Ray, que ha sido una especie de secreto, se publique. En ningún momento quisiera sacar de circulación What We Talk About When We Talk About Love. Aquellas versiones de los relatos actualmente forman parte de la historia’.


Según un artículo publicado hace unos días en The Guardian, ‘Carver mismo había empezado un proceso de revisar sus primeras obras, republicando tres de las historias de What We Talk About When We Talk About Love en una versión revisada, en una colección que armó con Fisketjon antes de su muerte y cuyo nombre es Where I'm Calling From. Sin embargo, otras cuatro historias de What We Talk About When We Talk About Love fueron publicadas en Where I'm Calling From tal y como Lish las dejó'.


Sin lugar a dudas el hecho de que Alfred A. Knopf —sello perteneciente al grupo Random House— posea los derechos de la colección de relatos es una dificultad que podría evitar que el proyecto de Gallagher prospere. Estoy seguro de que el agente de Carver, los editores a los que Gallagher y éste les han ofrecido los manuscritos, la crítica, la prensa especializada, los estudiosos de la obra del autor y los fans de éste deben estar cruzando los dedos para que las versiones originales de los cuentos se publiquen.


La polémica me suscita varias preguntas: a raíz de la aparición de las versiones originales de los textos de un autor que durante mucho tiempo han permanecido ocultas, ¿cómo debe definirse su obra completa? ¿Cómo debe ser la relación entre el autor y su editor? En el caso de los editores que siguen de cerca el trabajo de los autores que publican, ¿hasta dónde debe llegar su intervención sobre éste? ¿Cuál debe ser la influencia del editor sobre el trabajo de los autores que publica? ¿Hasta qué punto la publicación de un libro depende de que el autor acate las recomendaciones de su editor? ¿No tiene el autor cierta responsabilidad sobre el proceso de edición de su obra cuando acata las recomendaciones de su editor por temor a no ser publicado?

4 comentarios:

Javier Moreno dijo...

Me parece que es tendencioso decir que los cambios fueron "en contra de la voluntad" de Carver, Martín. En este reportaje sobre el mismo asunto, de hace algunos años, presentan la situación de manera extensa y, en mi opinión, le dan un poco de razón a Lish. A mí no me parece que sus intervenciones hayan sido abusivas. Tanto así que Carver accedió a publicar dos libros -al menos- bajo ellas.

Creo que lo más preocupante para los cultistas de Carver es que con la publicación de las versiones inéditas uno de los dogmas principales de esa religión literaria se puede venir abajo. Hablo de "Carver era un genio escribiendo". Tal vez luego del libro sea sustituido por "Lish era un genio editando."

En fin. No que me importe.

Anónimo dijo...

Sólo el autor es dueño intelectual de su obra según la LPI, y si no cede al editor derecho sobre esta propiedad, además de sobre la reproducción de su trabajo, el editor no puede de ningún modo modificar el texto de un autor.

martín gómez dijo...

Tiene razón. Seguramente Carver aceptó los cambios o las sugerencias que propuso Lish. Viendo la cosa con un poco más de cuidado a partir de los distintos testimonios tal vez lo que en realidad Lish hizo "en contra de la voluntad" de Carver fue haber continuado con el proceso de publicación del libro y no los cambios como tal...

Igual no se le puede atribuir toda la responsabilidad al editor. Finalmente el autor debe asumir las consecuencias de las concesiones que hace por ver su libro publicado.

Javier Moreno dijo...

Exactamento. Si tanto le molestaban los cambios, siempre pudo haberse rehusado. Una vez usted acepta poner su firma en algo, es su responsabilidad.