viernes, 6 de julio de 2007

más sobre la homogeneización de la oferta en el mercado del gran público

La homogeneización de la oferta de la industria editorial en el segmento ‘gran público’ puede alcanzar dimensiones insospechadas: tras el éxito de El cuento número trece acaba de publicarse una novela llamada El apóstol número 13. Ya no se trata solamente de vender libros cuyo argumento reproduce milimétricamente una fórmula que ha tenido cierto éxito. No.




Ahora la estrategia parece hacer énfasis en el primer punto de contacto con el posible lector: el título y la portada —dos aspectos a los que ya me referí respectivamente en las entradas ‘la homogeneización de la oferta en el mercado del gran público’ y ‘novelas de misterio y figuras históricas célebres’—.


En mi paseo de ayer por la Fnac pude ver que la entrada de la sección de libros estaba inundada de novedades dirigidas al gran público —es verano, llegan las vacaciones, nos esperan retrasos en los aeropuertos y en la playa hay que tener al lado un libro lleno de arena y de bronceador—. Lo más interesante que encontré fueron un par de perlas a propósito de los títulos de novelas de misterio y figuras históricas célebres: se trata de El manuscrito de Dante, de El sello Medici, de La conspiración Maquiavelo, de La novela perdida de Lord Byron y de El diario perdido de Don Juan.


Estas novedades se suman al listado de “novelas de misterio cuyo título alude a una figura histórica que incidió de manera definitiva sobre el curso de la historia de la humanidad —en torno a la cual suele haber algún misterio— y en las que la trama se articula en torno a dicha figura o a su legado” —como El código Da Vinci, El club Dante, La sombra de Poe, La clave Gaudi, La sombra de Leonardo, Los círculos de Dante y El club Dumas—.

5 comentarios:

Titania dijo...

Es casi como deprimente ir en el metro y ver que, desgraciadamente, un 87% de la gente que va leyendo tiene ante sus ojos uno de esos tantos y tan similares best-sellers de lecturas facilonas y rápidamente olvidables.

Este año me he propuesto revelarme.

Ahora en la oficina me dicen que leo cosas raras :)

Saudiños!

martín gómez dijo...

Bueno, yo creo que cada quien lee lo que se le antoje según sus necesidades y expectativas así que la situación no me perturba.

Lo que sí que me parece complicado es que estas grandes editoriales de best sellers tienen una estrategia muy agresiva que representa una amenaza peligrosísima contra aquellas editoriales independientes interesadas en hacer una apuesta más orientada hacia la buena ficción literaria.

Mil gracias por tu comentario. Espero que sigamos en contacto.

Martín.

javarribas dijo...

Hola.
Antes de nada debo presentarse. Soy uno de esos pérfidos escritores de

lecturas facilonas y rápidamente olvidables. Uno de esos que con un

mínimo de leer historia somos capaces de escribir una novela según la

opinión del autor de este blog. Concretamente, Javier Arribas, escritor

de "Los círculos de Dante". Bueno, debo decir que tampoco me desagrada

que ya vaya por la tercera cita a mi nombre y a mi novela en este blog.

Al fin y al cabo dicen aquello de que está bien que hablen de ti, "aunque

sea mal". La verdad es que este "fisgón" tiene una cierta fijación por mi persona que no sé si se corresponde con merecimientos propios ;-).
Me presento aún más. Como dije me llamo Javier Arribas, soy periodista. "Los círculos de Dante" es mi primera novela publicada. Afortunadamente conseguí que una editorial me hiciera caso, en este caso Rocaeditorial, a los que no puedo más que estar muy agradecido pormla confianza y la oportunidad. Me costó mucho porque ni voy apadrinado ni pertenezco a ninguna de esas "camadas" de escritores amiguetes, que, recuérdalo bien para que no se te olvide, a veces pertenecen a esos independientes que tanto alabas.

La primera referencia del blog la encontré por casualidad. La verdad es que me reí mucho. Eso de que entre los libros que la gente lee en el metro está el mío, como que no me lo creo mucho. ¡Ojalá! Como supongo que el autor de este blog habrá leído el libro, o en su defecto habrá intuído su poca calidad, pues entiendo su desesperación ante este supuesto interés suburbano de los lectores, en vez de otros productos que a él le encantan. También me hizo bastante ilusión que me pusiera entre libros como "El código DaVinci", "La sombra del viento", "El club Dante" y alguno más que han vendido cientos de miles de ejemplares. Decía yo, mira que bien, a ver si se me pega algo de las ventas, pero... de momento me temo que no.

Lo cierto es que como yo no vivo de esto (a diferencia de algunos independiente y pobres escritores de gran calidad maltratados por las editoriales) me costó bastante años recopilar la documentación necesaria, de estudiar todo lo más a fondo que pude la figura de Dante, tratar de meterme en su piel para explicar su desesperación ante un injusto exilio, su vértigo ante una situación política que, como casi siempre pasa, devora a quien trata de hacer las cosas a su manera, fuera de un orden establecido. Son cosas que están dentro de libro y quizás no se intuyen leyendo únicamente la solapa, amigo. Bueno, lo del título es algo que parece molestar también. Francamente lo siento. Quizás si se me hubiera ocurrido llamarlo "las flores perfumadas de Florencia", "los melocotones helados del Arno", o qué yo, "las tribulaciones del pájaro choguy en las altiplanicies de Santa Croce" hubiera gozado de una presunción de interés mayor.

Y a la tercera va la vencida, como dicen también. Tercera referencia, tercera ocasión en que este humilde escritor aparece en el blog. Pues nada, que me he decidido gratificar a mi "admirador" con una respuesta, para que vea que su blog no sólo es seguido por amantes de lectura de calidad, sino por los mismos que escriben literatura deplorable.

Suerte amigo, gracias por las referencias y espero, sinceramente, no entrar también dentro de sus pesadillas personales. No sería mi intención.

Atentamente. Javier Arribas

martín gómez dijo...

Javier, le agradezco que se haya tomado el trabajo de dejarme un comentario para expresarme su punto de vista acerca de las opiniones que expreso en mi blog.

Ante todo quisiera aclararle que en ningún momento mi intención ha sido ofenderlo y que tampoco soy un admirador suyo —de hecho, hace poco aclaré que la figura del autor me tiene sin cuidado—.

Las veces que he mencionado su libro lo he hecho refiriéndome a un fenómeno editorial y en ninguna de ellas creo haberlo difamado ni haber demeritado su trabajo. Yo simplemente trato de analizar las tendencias del mercado editorial que identifico mediante mi trabajo y mis estudios. Debido a lo anterior en mi blog sólo menciono los libros que considero que ilustran de una manera apropiada el tema que quiero abordar —es decir, que en él no hay alusiones gratuitas—.

Mis cuestionamientos a algunas prácticas de ciertos sectores de la industria editorial o de ciertos autores no tienen el ánimo de ofender a nadie ni de quitarle mérito al trabajo de otros. Buscan más bien constatar e intentar entender tendencias que están teniendo lugar y que yo estoy lejos de ser el único que ha detectado.

Sí creo que hay tipos de literatura más elaborados que otros pero quiero que quede claro que no tengo el más mínimo interés en convencer a los demás de que hay unos más legítimos que otros o en incitar a nadie a que lea aquellos a los que me siento más afín. De hecho, varias veces he insistido en que me parece sano que cada quien lea lo que mejor se ajuste a sus intereses y expectativas. Mi punto de vista se basa en convicciones y preferencias personales que parten del criterio que mi experiencia académica y profesional me ha permitido formarme.

Ahora bien, mis apreciaciones están lejos de ser mandato divino y, por lo tanto, si alguien está de acuerdo con ellas o no estoy dispuesto a discutirlo con quien tenga esta misma disposición.

He tratado de que mi blog sea un espacio serio y si está en desacuerdo con mis puntos de vista lo invito a que los discutamos con seriedad y no con el tono irónico que percibo en algunos pasajes de su comentario.

Martín.

javarribas dijo...

Hola de nuevo.
Disculpe si el tono irónico le resulta molesto. Piense que, como dijo Jacinto Benavente: "la ironía es una tristeza que no puede llorar y ríe" y que en cierto modo su uso es más amable que la acritud sangrienta que algunos exteriorizan. Por otra parte, según he leído por ahí, "sólo un 20% de los seres humanos captan la ironía, lo cual significa que el otro 80% del mundo se lo toma todo al pie de la letra". Eso nos pone en una posición bastante elevada de la escala evolutiva y, en cierto modo, da calidad a su blog. Además, a pesar de la seriedad que impregna todas sus opiniones, ni siquiera usted parece sucumbir a su tentación. Porque, o yo soy del 80% que mencionaba o frases como "le agradezco que se haya tomado el trabajo de dejarme un comentario", o "mis apreciaciones están lejos de ser mandato divino" tienen cierto tonillo irónico. Y eso está bien, porque discutir con espada o florete, aparte de decimonónico, es bastante desagradable.

Como habrá visto, no he hecho en ningún momento una queja sobre las opiniones objetivas, si es que hubieran existido. No soy tan estúpido como para enfadarme porque a alguien no le guste lo que he escrito. Sí que le reconozco que cuando uno escribe una novela y consigue que se la publiquen tiene cierta esperanza de que se le hagan críticas después de haberla leído, no por el título o presunción de contenido. Pero, lo único que hacía eran unas consideraciones bastante extrañadas sobre la posición de mi novela entre otras mencionadas. En ese sentido, mucho me temo que su análisis y trabajo están errados.

Por otra parte y sin entrar a valorar la calidad de las obras mencionadas o de otras parecidas, me da la sensación ed que existe una curiosa tendencia a identificar lo más vendido con lo peor. Es curioso que en estos tiempos en los que frecuentemente se trata de fomentar la lectura, siempre surjan críticas hacia libros que la gente compra mayoritariamente (no es mi caso, por desgracia; como ya le dije no se me ha pegado nada de mis "compañeros" de blog: "la sombra del viento", "código da Vinci", etc). Algunos lo llaman snobismo, otros papanatismo, yo no sabría ni querría etiquetarlo. Yo estoy seguro, pondría la mano en el fuego en una especie de atrevida ordalía, de que libros como el mencionado "la sombra del viento", si no hubieran recaído en el gusto de tantas personas comunes, no entrarían en la lista que usted propone. Más bien lo harían en otra que alabaría la calidad y esas cosas.También me extraña que en la nómina de libros deplorables no entren otros que objetivamente tengan mala calidad y sin embargo se hayan vendido poco o muy poco (bueno, tiene el mío que me parece que aún no ha llegado al millón de ejemplares y perdone de nuevo la ironía).

Por lo demás, no he querido inmiscuirme, de ninguna manera en la manera en que lleva su blog, que tengo que decir que me parece muy bueno en estética y contenido, vaya eso por delante. Digamos que simplemente me venció la tentación al ver mi nombre reflejado, no una, ni dos, sino ya tres veces. Por supuesto que puede usted seguir mencionándome cuando quiera. Soy un tipo humilde, poco acostumbrado a que hablen de él, así que no me molesta en absoluto. Todo lo contrario.
Muchas gracias por su atención.
Javier