viernes, 2 de marzo de 2007

la globalización y las pequeñas librerías especializadas

En estos tiempos de globalización cualquier gran ciudad del mundo está plagada de tiendas de Zara o H&M, de locales de McDonald’s o Dunking Donuts y de oficinas del Citibank. Las mismas grandes empresas extendiéndose por todo el planeta, de manera que a donde quiera que lleguemos nos encontramos con un entorno cada vez más familiar —una consecuencia directa de la concentración de la propiedad, de la integración de los mercados, de la transnacionalización del mundo de los negocios y de la homogeneización del mercado del gran público—.

Y es que la homogeneización del mercado del gran público está vinculada con la quiebra —o por lo menos con la pérdida de viabilidad económica— de los pequeños mercados de barrio debido a la presencia cada vez más fuerte de las grandes superficies tipo Carrefour, con la desaparición de los cafés de la esquina como consecuencia de la expansión de Starbucks y con la extinción de las pequeñas librerías especializadas gracias a la rápida propagación de grandes tiendas de cadena como la Fnac, Barnes & Noble, Virgin y Tower. La librería tradicional es muy distinta de aquellas grandes tiendas cuyo espacio está diseñado a partir de un trazado que obliga al cliente a atravesar toda la sección de libros antes de llegar a los estantes donde está el tomo de contabilidad para Dummies o de aromaterapia que está buscando. Cuando se trata de consumo general, definitivamente lo más sencillo es ir a ese lugar donde bajo un mismo techo podemos encontrar un poco de todo y con cuya imagen estamos familiarizados a fuerza de verla por todas partes.


A cada cual lo suyo


De hecho, en el mediano y en el largo plazo la supervivencia de las pequeñas librerías especializadas solamente es posible en un mercado en el que haya una cantidad de lectores y de compradores de libros más o menos grande. Al fin y al cabo es allí donde hay una diversidad de nichos consolidados de lectores que, motivados por el deseo de alimentar su interés por un tema en particular, están dispuestos a invertir una parte de su presupuesto en libros relacionados con dicho tema y que representan la demanda para una oferta específica que a las grandes tiendas de cadena no les interesa hacer porque lo suyo son los productos que satisfacen las necesidades del gran público.




Aunque resulta muy cómodo poder comprar en una sola visita a una gran tienda los parlantes para el equipo de sonido, todos los libros de la saga de Harry Potter, la última temporada de CSI NY, el joystick para la consola de juegos de video o un router para montar en la casa una red inalámbrica, siempre será más agradable visitar una librería que tiene una oferta amplia de libros de un número limitado de temas y en la que uno tenga la seguridad de encontrar casi cualquier cosa que busque en relación con sus intereses específicos, donde haya distintas ediciones de un mismo título, en la que se pueda encontrar bibliografía secundaria sobre ciertos temas y cuyos vendedores dominen las áreas de especialidad del lugar en vez de limitarse a tener la cabeza llena de referencias de títulos y autores —como La Central de Barcelona, que aparece en la foto.

1 comentario:

Ana María Arango dijo...

Hablando de Fuck...
http://lospapelesdeboris.blogspot.com/2007_03_01_archive.html

Besitos!!!

Mamó