sábado, 17 de febrero de 2007

el reconocimiento al mérito de auster

City of Glass, la primera novela de lo que años más tarde se conocería como The New York Trilogy, fue publicada en 1985 tras ser rechazada por 17 editores distintos y después de que Paul Auster publicara bajo el seudónimo de Paul Benjamin la novela policíaca Squeeze Play —cuya traducción titulada Jugada de presión publicó el año pasado Anagrama—. En ese entonces Auster ya había publicado un par de libros de no ficción titulados The Art of Hunger y The Invention of Solitude, había editado una antología de poesía francesa del siglo XX y traducido tanto a Jean-Paul Sartre como a Stéphane Mallarmé.

Ha pasado un poco más de dos décadas desde la publicación de City of Glass y Auster, que acaba de cumplir sesenta años, ha terminado por convertirse en uno de los escritores vivos más reconocidos del ámbito de la ficción literaria. Si Auster logró un cierto éxito con la publicación de The New York Trilogy, la aparición de Moon Palace o de Leviathan lo elevaría al status de escritor de culto en el que se consolidaría con obras más recientes como The Book of Illusions, Oracle Night y Brooklyn Follies.

La temática, que es siempre la misma, y el tratamiento de ésta constituyen el principal atractivo de los libros de Auster porque tanto sus historias como los personajes que las protagonizan ponen en evidencia que nuestras vidas están llenas de coincidencias, incitándonos a explicar todo lo que nos sucede a partir de una lógica cuyo principio fundamental es el azar. Al fin y al cabo los libros que más nos gustan son aquellos que nos ofrecen una forma de explicar las cosas que nos pasan o una visión del mundo parecida a la nuestra.


Las reediciones y Travels in the Scriptorium


Desde hace dos semanas las vitrinas y las mesas de novedades de todas las librerías de Barcelona están inundadas de ejemplares de la traducción al español de Travels in the Scriptorium, que fue publicada en inglés a finales del año pasado. Las múltiples reediciones anuales de las obras anteriores de Auster, el entusiasmo con el que tantos jóvenes las leen y el hecho de que sus libros compartan vitrina con best-sellers de aeropuerto como los de Almudena Grandes o con el último libro de José Saramago ya nos permiten hacernos una idea de lo que este autor norteamericano significa como fenómeno cultural y editorial.

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